Más tu nunca, de los jamás me valoraste simplemente me olvidaste.
Miserable hoy tu eres que con engaños me sedujiste.
Mi corazón pide a gritos, que regrese el tiempo transcurrido,
Y mí alma abandonada por el triste y miserable engaño,
Vive vagando en la soledad de la humillación,
Y si por ti fuera solo existo en el olvido de tu oscuro y malvado corazón.
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